La Sombra Sobre Arkham II

A Dhan lo conocí durante la universidad, cuando yo entre el cursaba el segundo semestre. Durante una de mis exposiciones fotográficas el me busco para felicitarme y nos hicimos buenos amigos. Al inicio de mi segundo semestre me invito a vivir con el en el piso que tenia alquilado. Dude en aceptar pero al final accedí a cambio de pagar la mitad de la renta. Al poco tiempo ya estaba enterado de sus problemas familiares y trataba de ayudarlo en lo que me era posible, pero aun así siempre parecía estar afectado por ello. Justo un mes después de que comencé a vivir con el, me pidió ser su pareja. Si bien no me tomó por sorpresa la proposición, no respondí inmediatamente pues yo acababa de terminar una relación de un par de años y no me sentía del todo seguro de comenzar algo tan pronto, pero el continuó insistiendo hasta que acepte.
Cambio enormemente su forma de ser, ya no se le veía preocupado si no animoso. Nunca fue una persona de muchos amigos, la gente noto su cambio de humor y comenzó a frecuentarlo.

Entonces recibió aquella carta.
Sin remitente ni sellos, solo su nombre escrito en el sobre. Era de su familia me comentó, aunque yo nunca la leí. Me decía que eran buenas noticias, que lo dejarían libre, que ya no le molestarían con volver a casa y hacerse cargo del negocio familiar (cualquiera que este fuese). Solo debía ir a visitarlos una última vez. Aunque fuesen “buenas” noticias, el no parecía aliviado del todo. Lo vi en varias ocasiones leer la carta una y otra vez durante la madrugada, hasta que un día la quemó con la llama de una vela que estaba en la sala de estar. Ese día me dijo que iríamos a ver a sus padres.
Todo eso pasaba por mi mente desde que dejamos la ciudad y nos dirigíamos a Arkham hasta que...
¿Que?
No recordaba bien como había sucedido el accidente. Recuerdo la canción del CD que estaba puesto “With the moonlight to guide you, feel the joy of being alive, the day that you stop running is the day that you arrived” y entonces… giro. Al parecer algo apareció en el camino porque trato de no arroyarlo. Y entonces desperté.